PRIMERA PARTE
ROBERTO URQUÍA, “EL
ACEITOSO” DE GENERAL DEHEZA SE TRAJO UNA ADUANA BAJO EL BRAZO. ESCRIBE: lázaro llorens
Antes
de terminar su mandato como senador, el empresario Roberto Urquía concretó otro
de sus anhelados proyectos: una aduana seca con asiento en General Deheza,
ciudad en la cual tiene su imponente fábrica aceitera.
En
agosto del 2009, el senador cordobés consiguió que el Estado le aprobara la
renegociación del contrato de su tren carguero Nuevo Central Argentino.
Y
ahora, consiguió una Aduana personal…
Logró
que la AFIP delimite el área de influencia de su aduana, que abarca ocho
departamentos del sur de Córdoba y cinco del norte de La Pampa, incluyendo
General Pico, donde actualmente opera una importante zona franca.
Ahora,
tendrá facilidades en su propio terreno para exportar.
“La
empresa de la cual yo participo no necesita esta aduana para exportar. Muchos
de nuestros productos salen por los puertos de la costas del río Paraná”,
explicó, a El Avispero, el senador Urquía, contestando los cuestionamientos que
surgieron en torno a este proyecto.
La
instalación de la aduana en General Deheza, la segunda que tendrá la provincia
de Córdoba, fue aprobada por el Congreso a comienzos de 2008.
Sin
embargo, la AFIP recién la hizo efectiva el 3 de noviembre del 2009.
Desde
sus orígenes estuvo envuelta en una serie de cuestionamientos: Urquía fue su
histórico impulsor y tras una veloz media sanción pasó a la Comisión de
Presupuesto y Hacienda del Senado que el propio Urquía presidía y allí aprobó
su propia aduana.
El
Senado ratificó el proyecto, ante la quejas de legisladores oficialistas, que sostuvieron
que “Urquía asumió y se fué con una aduana bajo el brazo”.
Y no
es lo único que se llevó o trajo nuestro Senador… Ya viene la segunda parte de
El Avispero Investiga.
SEGUNDA PARTE
El
mismo día en que la ley con la Aduana para Urquía fue aprobada, estalló el
conflicto entre el Gobierno y el campo, por la famosa resolución 125.
Urquía,
en un principio, apoyó firmemente la 125 porque lo beneficiaba empresarialmente,
dado que le permitía comprar la cosecha con las retenciones nuevas, y
exportarlas con las retenciones viejas, gracias a una modificación a la Ley de
Granos en la que él había intervenido.
“De acuerdo con la ONCCA, Aceitera General
Deheza tenía declaradas dos millones de toneladas de soja y girasol en forma
trucha, lo que representaba un negocio de más de 1.200 millones de dólares”,
agregó.
Los
hostigamientos e insultos que recibió Urquía en su ciudad, por su apoyo a la
125, lo hicieron retroceder, y finalmente votar en contra de la resolución en
la célebre sesión del voto “no positivo”.
Su
postura provocó un distanciamiento con el matrimonio presidencial y, por ende,
de sus proyectos empresariales, que recién se recompusieron a mediados del 2009,
antes que terminara su mandato lo cual permitió que salieron expeditivamente la
renegociación del Tren Carguero Nuevo Central Argentino y la Aduana.
“La
aduana no es mía ni mucho menos. Y la renegociación del Tren es otro capítulo.
Algunos creen que por ser senador de la Nación tuve alguna actuación para que
esto se facilite”. Palabra de Urquía.
La
Auditoría General de la Nación puso la lupa en una millonaria obra subsidiada
por el Estado en la que estaba siendo beneficiado Urquia y su tren carguero Nuevo
Central Argentino.
Se
trata de la reconstrucción del trayecto Río Primero (Córdoba) - Sumampa
(Santiago del Estero), por un monto de 170 millones de pesos adjudicados.
Según
la Auditoría de la Nación, estos trabajos no debieron ser costeados por el Estado,
sino por la empresa de Urquía.
Urquía
nunca cumplió y finalmente las obras, que incluyen un centro de transferencia
de granos en la localidad de Las Arrias, quedaron a cargo del Estado, que las
adjudicó a la empresa Roggio en 2007.
Hasta
aquí por hoy, las aventuras de Urquía, “El aceitoso”.
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