PRIMERA PARTE
CÓRDOBA, UNA “ISLA” SIN MAR, PERO FON
FARO Y CON FALO, Y CON MESTRE PRIVATIZANDO TODO EN EL CORDOBESISMO DELASOTISTA.
ESCRIBE: JUAN IGNACIO GARCÍA QUIROGA
¿
Qué es el Partido Cordobés ?.
ES
la trenza de los políticos peronistas y radicales y allegados; es decir casi
todos, con la finalidad de repartirse negocios y protegerse mutuamente con
silencios y complicidades.
Angeloz
habló de la Isla Cordobesa; de la Sota del cordobesismo.
Aquí
un pequeño ejemplo de cómo funciona el sistema:
El
periodista Sergio Carreras vino informando desde hace más de una década de un
robo millonario y silencioso que se concretó en las zonas serranas mejor
cotizadas de la provincia de Córdoba.
La operatoria, disfrazada de legalidad, permitió la
apropiación y posterior venta o remate de una cantidad extraordinaria de
terrenos por miles de millones de pesos.
Se trataba de lotes con dueños desconocidos,
fallecidos o que compraron la propiedad hace décadas y luego nunca la
aprovecharon.
Ese mecanismo sirvió para abultar las cuentas
bancarias de un grupo de profesionales, funcionarios y dirigentes que se vieron
beneficiados por un Estado provincial que miró hacia los costados mientras
ellos proseguían con el negocio.
Abogados, martilleros, escribanos, jefes comunales,
jueces de paz, agentes inmobiliarios, fueron los primeros beneficiarios de ese
festival del lote ajeno.
Detrás de ellos, estuvieron funcionarios vinculados
con el Registro de la Propiedad, que se encargaron de realizar las maniobras
registrales, y también estuvieron dirigentes políticos que usaron sus
influencias a favor de los anteriores.
El estudio de Guillermo Piñeiro, uno de los
abogados condenados, fue el más importante dedicado al negocio de los lotes en
la provincia de Córdoba.
Ayudado por sus amistades políticas, consiguió
convertirse en representante legal exclusivo de una treintena de municipios y
comunas en los valles de Calamuchita, Punilla y en Sierras Chicas, donde
floreció el negocio de los lotes.
Un ex socio de Piñeiro declaró ante la Justicia que
el estudio, tenía como socio en las sombras al actual defensor del Pueblo de
Córdoba, Mario Decara, con quien se habrían compartido ganancias “50 y 50”.
Otros dos políticos conocidos, el actual presidente
del Partido Justicialista en Córdoba y ministro de Gobierno, Carlos Caserio, y
el radical Miguel Nicolás también fueron personas cercanas a este estudio, que
durante largos años fue uno de los grandes beneficiados por esta situación que
está juzgando el Poder Judicial cordobés.
SEGUNDA PARTE
El cordobesismo
delasotista enuncia una forma de
construir poder y de manejarse del gobernador electo.
Lo primero que hizo cuando se alzó con el triunfo en la interna
peronista fue reformar la Carta Orgánica del Partido Justicialista.
De modo tal lo atomizó que es imposible
construir una lista opositora tanto en
capital y menos en la Provincia.
Hacen falta muchos recursos humanos y
materiales.
La división en circuitos y
subcircuitos, hace que sea prácticamente
imposible conformar listas alternativas al oficialismo para el departamento Capital y
a nivel Provincial.
Por otra parte, las listas “alternativas”
se dan en estos pequeños circuitos y subcircuitos, en tanto para los cargos de
la Capital y la Provincia se eligen “listas únicas” elegidas a dedo.
Es una tarea imposible poder organizar
una lista alternativa a a la oficial dentro del Partido Justicialista.
Vale decir, los dirigentes barriales
rivalizan electoralmente en el circuito
y subcircuito, pero “por arriba existen listas Únicas, o nombramientos
directamente ”a dedo” del jefe.
Por otro lado, vació de contenido
político e ideológico al peronismo cordobés, al conformar Unión por Córdoba, en
alianza con la Ucedé, el partido
Demócrata Liberal, el mini-partido de Cavallo, el partido Recrear de López Murphy ex asesor de Angeloz, el Partido Demócrata
Cristiano, vinculado al Arzobispado.
En rigor de verdad no fue un
vaciamiento sino una conversión del peronismo en un partido conservador,
similar al viejo conservadorismo
cordobés de la época del fraude
patriótico, como que el lema de la campaña del contador Schiaretti fue “Paz y progreso, consigna utilizada por
“el viejo y perfumado” Partido Demócrata.
A ello debe sumarse el comportamiento
de De la Sota con relación a las corporaciones cordobesas,
que son las que detentan el poder en serio en
nuestra provincia, desde hace muchos años.
De la Sota se ofreció como garante de
“pax y
negocios” para el establishment cordobés, conformado por la Fundición
Mediterránea, las corporaciones sojeras-desarrollistas y la Curia.
Vale decir que el cordobesismo De la
Sotista no es nada más ni nada menos,
que una vuelta a la génesis del peronismo mediterráneo, inclusive “con una pata obrera”, no en la fuente de
la oligarquía, sino en sindicalistas vergonzantes, ex dirigentes gremiales
devenidos en Ministros, deseosos de pisar las alfombras ministeriales, de la
fundición mediterránea o de algún hotel lujoso.
A eso debe añadirse el contubernio (diría Yrigoyen) con el sector neoconservador del radicalismo cordobés, objetivado en el apoyo subterráneo dado a
Ramoncito Javier Mestre para que se alce
con la Intendencia de la Capital Cordobesa.
En ello tanto Nicolás como
Carbonetti algo habrán hecho.
Por otro lado, plantear en esta época
de integraciones continentales, un localismo regionalista, no es solo un
anacronismo histórico sino que va en contra de los principios históricos y
doctrinarios del movimiento al que dice
pertenecer, que predica la Unidad de los
pueblos hermanos de Latinoamérica, a través de la conformación del Mercosur y
Unasur
Córdoba una “isla” sin mar, pero con
Faro y con Falo. Y con Mestre privatizando ya no simplemente el zoológico y las
Aguas Cordubensis , sino “todo, Nancy, todo”, como Dios manda. Lawson presente.
La gente bien gobernando y los negros a
laburar.
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