PRIMERA PARTE
QUEBRADA, RAMONCITO AJUSTADO, LOS CORDOBESES ASUSTADOS Y
LÁZARO LLORENS.
En su libro “
Naomi Klein sostiene que muy a menudo, los estados y corporaciones echan mano a
situación de fuerte convulsión social –generada o reales– para justificar e
implementar políticas que de otra manera la gente no toleraría.
Según Klein, esta doctrina del shock fue concebida a
partir de las ideas del economista neoliberal Milton Friedman, de la escuela de
Chicago, quien afirmaba: “Solamente una crisis –real o subjetivamente
percibida– produce un cambio real. Y cuando se produce una crisis, las acciones
que se toman dependen de las ideas que están en circulación”.
Difícil es saber si el intendente radical Ramón Mestre
leyó u oyó hablar de “
Doctrina
Lo cierto es que en pocos días de gestión, justificado en
que el municipio “está en quiebra”, logró sacar adelante una serie de
ordenanzas y medidas que hubiesen despertado el reconocimiento del mismísimo
Milton Friedman.
Impuestazo, prorroga de contratos, expulsión de los
manteros de la vía pública, superpoderes, autorización para privatizar,
creación de nuevos tributos, son algunas de las duras medidas que motorizó el
intendente radical, con la única excusa de que las cuentas del Palacio 6 de
julio están en rojo, algo que la oposición rechaza de plano.
¿Crisis o show? La doctrina del shock de Mestre, que no
tiene nada de improvisación, comenzó el 12 de diciembre del 2011, el primer día
hábil de su mandato.
En
Segunda
del 2011 de los cordobeses.
PRIMERA PARTE
A pocos minutos de asumir en su cargo, el intendente Ramoncito Mestre, con
Migraciones, ordenó desalojar a los manteros del área peatonal.
Pocas horas después, y luego de revisar “once horas” “con los
empleados y los bancos” las cuentas del municipio, llegó a la conclusión de que
la comuna “estaba en quiebra”.
Para informarlo llamó a
consternado, luego de mostrar que por la crisis el edificio municipal no tenían
teléfonos ni internet, informó que para revertirla, entre otras cosas, iba a
mandar una “megaordenanza” al Concejo Deliberante de Córdoba para que se lo
autorizara a renegociar contratos, racionalizar el gasto, vender bienes de la
comuna, privatizar Tamse y Crece, aumentar impuestos y reformular el
presupuesto.
Su doctrina del shock continuó al otro día, el martes 13,
cuando el intendente se reunió con el gobernador Juan Manuel De
deuda de 58 millones de pesos que el municipio tenía con la provincia.
El raid de medidas de impacto continuó el miércoles 14 de
diciembre.
Ese día, le prorrogó a las empresas Coniferal y Ciudad de
Córdoba, la concesión del servicio de transporte de pasajeros de Córdoba, en el
cual las empresas explotan únicamente los corredores más rentables y ordenó un
nuevo estudio para elevar el precio del boleto.
Tras cartón, el viernes 16 de diciembre, de manera
sorpresiva, sin decir “agua va”, en su primera sesión con lo nuevos
integrantes, el Concejo, controlado por el radicalismo, aprobó la creación de
un impuesto del 10% en la tarifa del agua, para “la financiación del desarrollo
de la infraestructura sanitaria y cloacal”.
Además, se autorizó al poder ejecutivo municipal a
modificar la base imponible inmobiliaria, para que el valor de las viviendas
sea idéntico al de mercado.
Sólo cuatro días después, el martes 20 de diciembre,
contradiciendo la postura que el radicalismo tiene a nivel nacional respecto a
la delegación de facultades, el Concejo Deliberante aprobó “la mega ordenanza”
propuesta una semana antes por Mestre para revertir la supuesta crisis del
municipio.
Entre otras cosas incluyó: otorgamiento de superpoderes a
Mestre para renegociar contratos (léase privatizar Tamse y Crece); prórroga
durante dos años de la emergencia económica; la emisión de títulos de
consolidación de deuda; la inembargabilidad de fondos municipales; la
“racionalización” del personal y la venta de bienes.
Luego de su aprobación, el viernes 23 de diciembre, en
vísperas de navidad, aprobó una modificación de la justicia de faltas,
otorgándole al intendente facultades para constituirse en juez de faltas y
designar jueces por decreto.
Para finalizar, una semana después, mientras todos los
vecinos estaban pensando en el brindis de fin de año, el viernes 30 de
diciembre, en una sesión extraordinaria, el concejo, sólo con los votos del
bloque radical, aprobó un “impuestazo” de entre 50% y 100% del impuesto
inmobiliario urbano.
En esa misma sesión, se sancionó una modificación del
presupuesto anual de gastos.
Básicamente, como en las épocas de Ramón Mestre padre, se
recortaron de diferentes áreas (principalmente Transporte y Tránsito,
Desarrollo Urbano y Ambiente), unos 156 millones de pesos.
Lo destacable es que inmediatamente después de
sancionadas estas ordenanzas, no abandonando jamás su libreto, desde el Palacio
6 de Julio, el intendente Mestre brindó un escueta conferencia de prensa para
saludar a los cordobeses por el fin de año, y advertirles que no iba a poder
pagar los salarios de los empleados municipales en tiempo y forma.
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