PRIMERA PARTE
CON PRESIDENTES
DE COLEGIOS DE ESCRIBANOS,
LLORENS
Daniel Ruiz hace
unos años pretendió cobrarle al Banco Central de
honorarios, por un trabajo de asesoría en la liquidación de Centro Financiero
SA, una financiera que estuvo dirigida, entre otros, por era el capitán y
torturador de
Perla Héctor Vergez.
Daniel Ruiz fue
hasta el año pasado presidente del Colegio de Escribanos de Córdoba. Ruiz, fue
subsecretario de gobierno de Angeloz y senador provincial por el radicalismo
cordobés , 1988-93.
Actualmente tiene
una causa pendiente con la justicia por evasión impositiva.
En el 2003,
Justicia, anuló la regulación de honorarios a favor de los
Jorge Mierez, por 52 millones de dólares, que actualizado trepaba a 85
millones.
Según consta en
el expediente, esta fabulosa renumeración se debía al desempeño de Ruiz como
asesor del síndico que verificó los créditos de Centro Financiero SA, una de
las compañías líderes en épocas de
de los `70, vinculada con la deuda externa Argentina.
Concretamente,
sus trabajos de asesoramientos, efectuados en 1984, duraron cinco meses.
Durantes ese
período, Ruiz junto a Mierez, presentaron ocho escritos, siete de los cuales no
tenían más de una hoja de extensión.
Por su labor, el Banco
Central recuperó solo 300 mil pesos.
Es decir que, por
un trabajo de escaso tiempo, esfuerzo y resultados, el anterior presidente del
Colegio de Escribanos pretendió cobrarle al Estado ¡ 560 mil dólares por día !.
El Dr. Miguel
Rodríguez Villafañe, ex juez federal, fue quien frenó en los tribunales este
millonario pago.
El Banco Central
lo contrató en 1993 para revertir una sentencia firme, del juez Flavio Ruzzón,
que le había ordenado al Central pagarle 52 millones de dólares, más intereses,
a Ruiz y Mierez.
Para hacerlo, el
ex juez federal, tuvo que diseñar una nueva teoría jurídica, conocida luego
como “cosa juzgada irrita”.
En base a ella,
en un hecho único, logró que
del juez Ruzzón, y decidiera anular la millonaria regulación de honorarios a
favor de Ruiz, estableciendo los mismos en 61 mil pesos.
Menos del 1% de
lo que éste pretendía cobrar.
SEGUNDA PARTE
Para quienes no
lo recuerdan, Centro Financiero SA, fue una sórdida financiera cordobesa.
Funcionó en los
años de plomo y quedó instaurado en el inconciente colectivo como uno de los
delitos de “guante blanco” más ignominioso de la historia de Córdoba.
Al frente estaba
el capitán Héctor Vergez, juzgado por delito de lesa humanidad.
En su directorio
también se encontraba el teniente coronel Rolando Argárate.
Completaba la
nómina, entre otros, José Dagnino Pastore, Alieto Guadagni (ex ministros de la
dictadura), Adolfo Sturzenegger -ex asesor de Cavallo-, Mario Brodersohn
-funcionario de Alfonsín-; Víctor Cristian Martínez -hijo
del ex vicepresidente de Alfonsín-.
Centro Financiero,
tenía su sede en
avenida General Paz.
Ciento de
millones de dólares, provenientes de las reservas del Central, que luego se
transformaron en deuda externa, se esfumaron por sus ventanillas.
La maniobra fue
muy sencilla: sus directivos, entre estos el propio capitán Vergez, “pintaban”
-inventaban- cientos de certificados de depósitos, por cifras millonarias, y
con intereses siderales.
A la par dibujaba
créditos fantasmas, dados a personas o empresas ficticias.
Luego buscaron la
quiebra de la financiera, tras lo cual el Banco Central, por una ley que regía
entonces, debió afrontar el pago esos depósitos truchos con sus astronómicos
intereses, que figuraban a nombre de Pastore, Guadagni, Sturzenegger,
Brodersohn, Martinez, entre otros.
Por verificar
esas inexistentes acreencias del Central, cuya contrapartida eran depósitos
truchos o pintados, el notario Ruiz, poniéndose a tono con el magno desfalco
que fue Centro Financiero, pretendió cobrarle al Estado 85 millones de dólares.
A mediados de los
`90, a la par que Rodríguez Villafañe reclamaba ante la justicia la revisión de
la causa, Oscar Ruiz le cedió a la financiera mendocina Corprend SA, luego
liquidada, los derechos de cobro de sus honorarios, por 23 millones de dólares.
Por esta
transferencia, Corprend SA manifestó haberle abonado al escribano Ruiz, 3,8
millones de dólares.
En 1995, le cedió
a Filtax Investment Corporation, una empresa extranjera, “creada bajo la
comunidad de las Bahamas”, el derecho de cobro de otros 23 millones de dólares.
Por esa nueva
cesión, en el expediente figura que los abogados Ruiz y Mierez, recibieron,
unos 13 millones de dólares, al contado.
Ruiz, reconoció
haber cedido esos millonarios derechos a las firmas Corprend y Filtax, por que
consideraba más factible que la justicia autorice ese millonario pago a una
entidad financiera -una de ellas extranjera-, antes que a él.
En 1998, luego de
la vender gran parte de sus honorarios a Corprend y Filtax, la AFIP -DGI en ese
entonces- le entabló un juicio a Ruiz por evasión impositiva, que éste apeló.
La AFIP imputó a
Ruiz por haber evadido, en cifras millonarias, el IVA e Impuesto a las
Ganancias.
Ante la jueza que
entiende la causa, el escribano Ruiz, justificó su accionar alegando que jamás
recibió de Corprend ni de Filtax, los dineros por el traspaso de sus siderales
honorarios.
Esta seguidilla
de hechos, no privó a Ruiz de remarcar, en su primer discurso como presidente
del Colegio de Escribanos, que “el compromiso del notariado es defender la fe
pública.
Y para ello no
solo debe lograr la excelencia en el ejercicio de su función, sino que es
primordial lograr su reconocimiento, en pos de la seguridad jurídica de la
comunidad toda”.
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