PRIMERA PARTE
HABÍA UNA VEZ UN BANCO SOCIAL. ESCRIBE: ADOLFO STRUCK
27 de abril y Vélez Sarsfield, esa esquina que usted transita todos los días
y que conoce como el edificio de
Lotería
de esperanza para muchos cordobeses. Allí funcionaba el Banco Social de
Córdoba.
Esta entidad comenzó siendo el Banco Hipotecario de Córdoba en 1886 y luego
de varios cambios de nombre y finalidad, en 1971 se transformó en el Banco Social
de Córdoba.
Tanto asalariados del sector público y privado, como
pequeños comerciantes hacían realidad sus sueños gracias a los pequeños
préstamos del social.
Por su parte, el banco tenía un recupero asegurado de los
créditos que otorgaba y se nutría de recursos con dinero del juego que
administraba.
Un día una banda de inescrupulosos que detentaban el poder
político en Córdoba decidió convertir a este banco de fomento, en la usina de
dinero para sus negocios y los de sus amigos.
Como Córdoba era la isla de la fantasía de Angeloz, nadie
parecía advertir el destino fatal del Social. El ejecutor de este robo de
guante blanco tenía nombre, apellido, cargo y jefe: Se llamaba Jaime Pompas,
era el presidente del banco y su jefe se llamaba Eduardo César Angeloz.
Era el verano de 1995 los trabajadores del Banco Social
comenzaron a ver que la entidad corría peligro de muerte.
El sindicato de los bancarios, inició lo que se conoció como
el “superproceso” del Banco Social.
SEGUNDA PARTE
La investigación judicial reveló que Jaime Pompas y el
directorio del Social habían dado créditos por montos que iban desde 500.000
pesos hasta 17 millones. Además habían “invertido” el dinero de los
cordobeses en bonos de bancos extranjeros que valían menos que un cospel,
supuestamente a cambio de algún retorno.
La cifra resultante era desesperante, el pasivo del banco
ascendía a 460 millones de pesos – dólares.
Angeloz esperaba que la bomba le explotara en las manos a su
sucesor, pero el sismo financiero internacional del momento, conocido como
efecto tequila, hizo que la hecatombe se adelantara.
Se realizaron 302 allanamientos, todos con resultado
positivo. Un contingente de 46 personas, compuesto tanto por funcionarios
públicos como empresarios locales, fue a parar a Bower por el vaciamiento del
Banco Social.
Todo los miembros del directorio, desde el presidente Jaime
Pompas, y el vicepresidente Francisco
Celli; hasta el gerente general José María Soria Arch;
fueron condenados desde
6 años de prisión, de acuerdo con su jerarquía y responsabilidad.
La lista de deudores incobrables era larga y contenía
nombres de empresas, particulares e instituciones muy sonoros en la docta.
Algunas las empresas que obtuvieron favores del banco
fueron:
Nueva California
S.A.: 17 millones de pesos;
Valfinsa S.A.: 7.2
millones;
Electroingeniería:
2.5 millones;
Y Palmar: 2
millones de pesos. Lo curioso de este último caso, es que el entonces gerente
financiero de la empresa era un contador llamado Juan Schiaretti.
Entre los particulares el caso mas renombrado fue el
productor y conductor televisivo Jose Luis Colombero, quién dejo un pasivo de
11.4 millones de pesos, se declaro culpable, purgo poco más de 2 años de
prisión, y actualmente vive en Santiago del Estero donde sigue haciendo sus
negocios.
Las dos instituciones más conocidas de la lista, entre los
deudores, fueron el Partido Justicialista – Distrito Córdoba y el Club Atlético
Belgrano. Cada una de estos le quedo debiendo alrededor de 1 millón de pesos al
Social.
Luego del juicio y las condenas a los responsables directos,
vino el juicio por enriquecimiento ilícito al ex gobernador Angeloz, quien
terminó sobreseído por la duda.
El poder político provincial se encargo de reformar el
sistema procesal penal para que las investigaciones dejen de estar en manos de
los jueces de instrucción y pasen a la orbita de los fiscales, cuyo jefe es
Fiscal General de
Provincia.
El Banco Social fue fusionado por absorción al Banco de
Córdoba en noviembre de 1997 y todo el pasivo fue absorbido por este último.
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