PRIMERA PARTE
JOSÉ LUIS PALAZZO, EL AHIJADO DE LUCIANO BENJAMÍN MENÉNDEZ, SIGUE
ASOLANDO CÓRDOBA.
ESCRIBE: LÁZARO LLORENS
José Luis Palazzo, ahijado de Luciano Benjamín Menéndez,
durante la dictadura se desempeñó como gerente de Personal de EPEC, cargo desde
donde, con mano de cirujano, llevó adelante la limpieza ideológica de la
empresa que vio surgir a Agustín Tosco.
Palazzo, padre del empresario del rock homónimo José Palazzo, actualmente es
socio en dos empresas agropecuarias del dirigente radical Rubén Américo Martí,
jefe de los equipos técnicos de Oscar Aguad y ex intendente de la ciudad de
Córdoba.
Los vínculos entre Martí y Palazzo son estrechos y
profundos. Son socios en
2005 por Palazzo.
También figura como socio Esteban Martí, hijo del ex
intendente radical.
Ecotambo SRL es la otra empresa dedicada a la producción
láctea, en
y Palazzo son socios.
Rubén Alejandro Martí, otro hijo del ex intendente, se
desempeña como gerente.
En 1999, antes de que terminara su mandato como intendente, Martí había elegido
a Palazzo como uno de los representantes oficiales de los Juegos Odesur 2002.
En la Córdoba de los ’70, uno de los principales focos de
rebelión emergía de la empresa provincial de energía eléctrica EPEC.
Tosco, uno de los gremialistas más combativos y coherentes
de los últimos tiempos, y uno los artífices del Cordobazo, había emergido de
esta emblemática empresa.
Por eso su control era esencial para las cúpulas militares. Con
ese propósito, tras el golpe, luego de decretar la intervención de la empresa y
el gremio, el “Cachorro” Menéndez, ordenó aplicar una durísima política de
terror sobre
revoltosa EPEC.
Para ello designó como gerente de Personal a su ahijado José
Palazzo, hoy socio de Martí.
Palazzo, cumpliendo al pie de la letra con el mandato de su
padrino, luego de abolir la actividad gremial, derogar el convenio colectivo de
trabajo, se encargó de llenar de soplones cada oficina, cada pasillo, cada
rincón de la empresa.
Las secuelas no tardaron en aparecer. Luego del golpe del ’76, con Tosco muerto
en la clandestinidad, el gremio de Luz y Fuerza padeció el secuestro y
asesinato de otros tres emblemáticos dirigentes: Tomás Di Toffino, Hernán Vives
y José Brizuela.
De esta manera, en base al miedo interno de su personal,
Palazzo realizó la purga en EPEC, para luego concretar escandalosos negociados
como lo fue en 1979 la compra de
Luego de su maquiavélica labor en EPEC, Palazzo es designado interventor de
de Telecomunicaciones (CNT), por Carlos Menem.
Tras destituir a todo el directorio de la CNT, Palazzo ejerció
su cargo de manera dictatorial. Por ejemplo, reactualizando las tarifas
telefónicas.
En este cargo Palazzo conoció a Samuel Liberman. Un
excéntrico empresario, íntimo amigo de Carlos Menem, que por entonces con su
empresa Video Cable Comunicaciones SA (VCC), se expandía velozmente en el mundo
del cable en la ciudad de Buenos Aires.
Como interventor de la CNT, Palazzo comenzó a promulgar una serie de
resoluciones legales tendientes a expandir el incipiente negocio del cable en
la Argentina, donde Liberman tenía fuertes intereses.
Esta entente entre Palazzo y Liberman se hizo explícita en 1993, cuando Palazzo
abandonó la CNT y pasó a ser apoderado y director de VCC en Córdoba.
Su traspaso sin escalas fue oportunamente denunciado como un
delito contra la administración pública, dado que ningún funcionario puede
pasar de un día para el otro del ámbito público a una empresa que estaba
vinculada directamente al sector administraba.
SEGUNDA PARTE
Las denuncias en su contra no amilanaron a José Luis Palazzo,
quien luego del desembarco en la gerencia de VCC inició la compra de las
pequeñas empresas de cables del interior de la provincia.
VCC pasó de
eje de la ruta 9: Capital Federal, Rosario y Córdoba.
Los servicios de Palazzo frente a VCC duraron hasta
comienzos de 1997, cuando luego de una curiosa triangulación, Liberman vendió,
por la friolera de 340 millones de dólares, VCC a Multicanal (Grupo Clarín) y
Cablevisión, empresa que luego también fue absorbida por el multimedio de
Héctor Magnetto.
Tras su venta, saltó a la luz que en realidad Liberman y Palazzo habían
trabajado desde las sombras, y con impunidad mediática, para el Grupo Clarín.
Adquiriendo a bajo precio las empresas operadoras de cable
del interior, cuya cotización hubiese sido mucho más cara si aparecían como
interesados, no las valijas con “olor a dinero” de Palazzo, sino los abogados
de Clarín.
Esta hipótesis se vio confirmada ese mismo año, en junio de 1997, cuando
inmediatamente después de vender VCC, Liberman compró el 50 por ciento del
paquete accionario de Canal 12 de Córdoba (Telecor SA).
Y designó como miembro del directorio a Palazzo. Quien no
bien arribó a Canal 12, rememorando sus años mozos en EPEC, inició una durísima
purga expulsando del canal a decenas de históricos trabajadores. Principalmente
a aquellos que tenían considerable antigüedad, afiliaciones gremiales, y
personalidades difíciles de menear.
Tras esa limpieza laboral, Canal 12 fue inmediatamente vendido al Grupo Clarín
sin mayores detalles.
El hijo de Palazzo, José Domingo Palazzo, aterrizó, con un
nuevo programa de rock (Rockódromo), en el nuevo canal de Clarín.
Además de ingresar junto al ex intendente Martí en los negocios agropecuarios,
Palazzo también se inmiscuyó en los grandes negocios inmobiliarios.
Lo hizo como presidente de
y su vinculada Ecipsa. Dos empresas de controvertida reputación, propiedad de
Jaime Garbarsky.
Euromayor es una de empresas donde la ANSeS tiene acciones y durante todos
estos años no cobró un solo centavo por ellas.
Ecipsa, por su parte, fue la empresa responsable del country
trucho de “Valle Escondido”, símbolo de la estafa inmobiliaria en Córdoba.
El mismo fue vendido a cientos de personas como un barrio
cerrado, cuando claramente las ordenanzas municipales prohibían este tipo de
urbanizaciones en el lugar.
La estafa fue de tal magnitud que el año pasado el Concejo
Deliberante de Córdoba, en un hecho sin precedentes, tuvo declarar a “Valle
Escondido” como una “urbanización especial con acceso restringido y
controlado”.
Fue una manera elegante de burlar la ley para salvaguardar
los negocios de Palazzo.
Un sempiterno operador de los big business en córdoba, que
ahora se esconde detrás de las bambalinas de la UCR.
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