LOS CORDOBESES: ¿ PINCHADOS POR UN ALFILER , O CUERO O CUERO
DE CHANCHO PARA AGUANTAR TODO?. ESCRIBE MARTIN MENDITTO
Rara sensibilidad tienen los cordobeses para enojarse y
reclamar. Parece un caso de diván.
A veces los cordobeses saltan como si los hubieran pinchado
con un alfiler, y otras veces parece que tuvieran cuero de chancho para
aguantar, quietitos y callados, atropello tras atropello.
Entre fines de 2011 y principios de 2012 el intendente
Ratoncito Mestre aumentó los impuestos y tasas municipales, quitó el beneficio
del 30 por ciento de descuento, avaló una suba obscena del transporte público
de pasajeros, inventó un impuesto que viene camuflado en la boleta del agua,
privatizó la recolección de residuos con contratos ruinosos para el municipio,
y para coronarla privatizó la secretaria de cultura. Lo que se dice un
insolente despliegue neoliberal que perjudicó a todos.
¿Cómo reaccionaron los cordobeses?, acataron mansos y en
silencio.
Sólo la gente de la cultura organizó algunas protestas que
se diluyeron prontamente por no encontrar eco en otros sectores perjudicados.
A fines de agosto, la legislatura aprobó un impuestazo ideado por De La Sota, la
llamada “la tasa vial”, que se agrega al valor del combustible, esto lo
convierte en el más caro del país. Un impuesto disimulado en otro lado como
antes lo hicieron en la boleta del agua, de la luz y en el juego.
Hubo manifestaciones multitudinarias para quejarse contra
tal abuso? No, solo berrinches aislados casi sin levantar la voz.
Parte de esos mismos cordobeses, insensibles a los ajustes e
impuestazos del eje Mestre- DeLa Sota, salió
el 13 de septiembre a manifestarse contra el gobierno nacional.
¿Qué reclamaban? Bueno si buscamos debajo de los insultos
sexistas y discriminatorios que le dedicaron a la presidenta.
Debajo del odio que irrespetuosamente propone muerte. Debajo
de todo eso podemos encontrar un puñadito de argumentos, algunos endebles y
otros clasistas, como el control cambiario.
A otros argumentos y cantitos se le notaba la marca de
Clarín y su agenda repetida en cadena hasta el hartazgo.
Acá está el tema. ¿Qué los revela a los cordobeses, o por lo
menos a ciertos sectores?.
Los cada vez más amiguitos De La Sota y Mestre no solo le
metieron a la población la mano en el bolsillo, sino, un guante de box en la
zona más prieta del cuerpo.
Y sin embargo se la bancaron callados, sin manifestaciones,
ni bochinche de cacerolas.
Parece que los habitantes de la capital cordobesa solo
pueden manifestarse cuando es por imitación de o que ven en la tele, o por
obediencia al bombardeo mediático que lo empuja y le pone la cacerola en la
mano.
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